1 ¡Vuelve, vuelve, Sulamita, vuelve, vuelve, que te miremos! ¿Por qué
miráis a la Sulamita, como en una danza de dos coros?
2 ¡Qué lindos son tus pies en las sandalias, hija de príncipe! Las
curvas de tus caderas son como collares, obra de manos de artista.
3 Tu ombligo es un ánfora redonda, donde no falta el vino. Tu vientre,
un montón de trigo, de lirios rodeado.
4 Tus dos pechos, cual dos crías mellizas de gacela.
5 Tu cuello, como torre de marfil. Tus ojos, las piscinas de Jesbón,
junto a la puerta de Bat Rabbim. Tu nariz, como la torre del
Líbano,
centinela que mira hacia Damasco.
6 Tu cabeza sobre ti, como el Carmelo, y tu melena, como la púrpura;